La neurotecenología desarrollo una nueva máquina que puede
reconstruir lo que una persona puede ver, pensar e imaginar, y pasarlo a
palabras.
Una maquina que lee el pensamiento es ahora una realidad,
gracias a los neurocientíficos de la Universidad de Texas en Austin. Sin colocar
una compleja red de electrodos en la cabeza de la persona que estudia. Utiliza
imágenes de resonancia magnética funcional, fMRI, para media los cambios en el
flujo de sangre del cerebro para traducir las ideas a palabras.
El decodificador puede captar lo intangible, las diversas
formas que toman nuestros pensamientos, y convertirlos en algo comprensible y,
lo que es más importante, comunicable.
Esto significa que la persona a la que se le 'lee' la mente
no tiene que verbalizar sus pensamientos. Para aquellos que han perdido la
capacidad de hablar, por ejemplo, después de un derrame cerebral, el
decodificador podría restaurar los canales de comunicación de forma no
invasiva. Este sistema propone una forma de comunicación a pesar de incapacidad
de hablar de los pacientes.
Hasta ahora, los decodificadores de voz no invasivos solo
han podido reconstruir palabras sueltas o frases cortas. Los investigadores revelan
una máquina que puede decodificar un lenguaje natural continuo.
La máquina funciona combinando métodos de decodificación
bien establecidos con técnicas modernas de aprendizaje automático.
Esencialmente, funciona de manera similar a ChatGPT , prediciendo el final de
las oraciones en función de lo que se ha aprendido antes.
Al igual que un chatbot de IA, el decodificador debe
entrenarse con una gran cantidad de datos, en este caso, resonancias magnéticas
que miden el flujo sanguíneo en el cerebro. Para acumular suficientes datos
neuronales, cada participante del estudio escuchó 16 horas de podcasts.
Lo que buscaban los investigadores era principalmente lo que
es interesante y divertido de escuchar para los sujetos, porque eso es
fundamental para obtener buenos datos de fMRI, en lugar de aburrir a los
sujetos.
Los participantes también vieron fragmentos mudos de
películas, en su mayoría historias cortas reproducidas al comienzo de las
películas de Pixar que no contienen diálogos. Curiosamente, esta parte del
experimento mostró que el decodificador traduce algo más allá del lenguaje:
ideas.
El flujo sanguíneo cambia lentamente en el cerebro, en el
transcurso de unos pocos segundos, en lugar de los nanosegundos de un impulso
neuronal. Esto significa que el decodificador no traduce las palabras exactas
que estamos leyendo, sino cómo las interpretamos. Como explica los
investigadores, la forma en que le damos sentido a algo cambia lentamente, para
que podamos ver cómo evoluciona la idea, aunque se pierdan las palabras
exactas.
Si bien las máquinas de resonancia magnética no son
portátiles, en el futuro los investigadores esperan probar sus métodos
utilizando dispositivos asequibles y portátiles, incluida la espectroscopia
funcional de infrarrojo cercano (fNIRS), que de manera similar utiliza técnicas
no invasivas para medir la oxigenación de la sangre en el cerebro.
¿Qué significa esto para la privacidad del cerebro?
Para muchos, la perspectiva de una máquina de lectura del
cerebro hace sonar las alarmas. Pero los investigadores destacan cómo el modelo
actual solo se puede usar en las personas en las que se ha entrenado. También
necesita la cooperación de un participante para ejecutarse, ya que el estudio
encontró que los participantes podrían resistirse activamente a ser
'descodificados'.
Llamaron a esto "sabotear el decodificador": al
realizar tareas simples como contar, nombrar animales o contar su propia
historia, los participantes podían “distraer” al decodificador de sus
otros pensamientos.
Por supuesto, la tecnología futura puede sortear esto, por
lo que los investigadores subrayaron la importancia de investigar las
implicaciones de privacidad en el futuro.
Si bien esta tecnología está en su infancia, es muy
importante regular para qué se pueden y no se pueden usar los datos del
cerebro.
Podría haber consecuencias negativas si se usa mal y se
malinterpreta, por lo que creemos que es importante asegurarse de que las
capacidades del decodificador no se tergiversen.